viernes, 5 de febrero de 2021

Truco para no permitir que nos haga daño un problema

 Buenos días, 

en principio, todos los problemas tienen solución. Sin embargo, hay algunos que no la tienen, de manera que, cuando un problema no tiene solución, lo mejor es dejar pasar el tiempo y no implicarnos mucho en él cuando pensemos; es decir: no prestar atención a las alertas que recibe nuestra mente sobre ese problema, lo que coloquialmente llamamos "pasar". De entrada, esta actitud nos puede ayudar a no implicarnos emocionalmente. 

Vamos a llevar la teoría a un caso práctico: imaginemos, que alguien se ha distanciado de nosotros: lo primero que tenemos que hacer es intentar preguntarle si está bien, si ha ocurrido algo... si no hay respuesta o la respuesta sigue siendo el silencio, lo mejor es no solamente no permitir que nos afecte, sino también no asumir una culpa que nosotros no tenemos. No siempre que alguien se aleja de nuestras vidas es por algo que hayamos hecho nosotros o dejado de hacer, a veces, son esas personas las que necesitan su tiempo de distancia, por lo que sea. El truco para que no nos haga daño es no dejar que nuestra mente nos "culpe" del distanciamiento. 

Vamos a pensar en otro supuesto problema: imaginemos que hemos tenido una discusión con alguien: puede que haya sido culpa nuestra, o puede que no. En cualquier caso, tanto si es culpa nuestra como si no, debemos encontrar el punto de calma e intentar arreglar el entuerto. Si no se puede, dejar pasar el tiempo es una buena forma de que las personas se calmen, con el tiempo todo se vuelve más tranquilo y ya tendremos tiempo de afrontar el problema desde un punto de vista sosegado, con la calma que nos da la distancia. Pienso que, a veces, el intentar arreglar los problemas en el mismo momento, sólo puede empeorar las cosas, sobre todo si la persona implicada no está receptiva. 

No se trata por tanto de ser fuertes para que no nos haga daño un problema, sino de aplicar todo lo que sabemos sobre inteligencia emocional. 

Espero que este artículo os ayude. 


Un saludo a todos. 


María Montserrat Sánchez Fernández.